La bebida, el fumar,… son formas de intentar cubrir
necesidades que la persona tiene y no sabe razonar. Cuando uno sabe razonar un
problema, es decir, verlo tal como es, luego sabe o como mínimo intenta buscar
soluciones. Es importante remarcar la importancia de racionalizar cualquier problema,
para no dejarnos llevar por los impulsos, que por supuesto solo nos llevan a
soluciones malas, aparentes o parciales.
La impulsividad, por no tener base, crea una contradicción
en la persona. Esa persona, por una cuestión de ego, necesita creer que lo que hace
tiene base, lo que implica que busca racionalizar, obviamente con argumentos
falsos porque no los hay, su postura o sus actos. Entonces es cuando se usan
falacias tipo “ese que no bebe no sabe divertirse”, o “me gusta fumar”. Estas
racionalizaciones se usan tanto, que al final la persona se las cree.
Es muy difícil darle la vuelta a esta problemática, y es una
de las causas principales sino la principal de que cueste tanto ser conscientes,
y luego superar, las adicciones.
Lamentablemente lo que no se entiende por raciocinio, tiende
a ser entendido por el dolor, pero a veces es demasiado tarde.
Por supuesto el tema de la impulsividad y las justificaciones basadas en el ego se aplican a mucho más que las adicciones, y están presentes continuamente en nuestras relaciones diarias, lamentablemente.
Por supuesto el tema de la impulsividad y las justificaciones basadas en el ego se aplican a mucho más que las adicciones, y están presentes continuamente en nuestras relaciones diarias, lamentablemente.